Mujer vende anillo regalado por su ex, Luego el joyero le dice: Esto no puede ser cierto

Negación y desesperación

El bar se llenó de tensión. El rostro de Steve palideció y sus ojos se abrieron con incredulidad. “¡No era una confesión! Sólo estaba…

hablando”, balbuceó, con la voz temblorosa. La desesperación era evidente en sus ojos mientras miraba a su alrededor, buscando un aliado, una salida.

“No pueden arrestarme por una conversación”, exclamó, y su voz resonó en el bar, ahora silencioso.