Tender la mano
Con dedos temblorosos, Melissa tecleó un mensaje para Steve. “Hola, ha pasado tiempo. ¿Te apetece tomar algo?”

Dudó un momento antes de pulsar enviar. El peso de la situación la presionaba, pero sabía que tenía que seguir adelante.
El mensaje había sido enviado y la pelota estaba ahora en el tejado de Steve.